Los préstamos personales son algo del día a día cada vez son más jovenes los que usan estos prestamos pero la pregunta es: ¿Qué cosas sí justifican endeudarse y cuáles no?. En Latinoamerica no existe una educación financiera formal, por lo que los jovenes con sus primeros salarios empiezan a sacar prestamos personales por cosas que realmente no valen la pena.
Estos pretamos permiten acceder a dinero rápido para alcanzar metas importantes, resolver emergencias o invertir en proyectos que pueden mejorar tu vida.
Sin embargo, debido a sus tasas de interés más altas en comparación con otros tipos de crédito, muchos de los jovenes cuando llegan a los 30, llegan muy endeudados y les impide sacar prestamos para vehículos, casas o proyectos.
Especialmente entre los jóvenes, es común que, tras recibir su primer salario, accedan a préstamos para gastos impulsivos que, a la larga, se convierten en una carga financiera innecesaria.
En este artículo te ayudamos a entender en qué situaciones un préstamo personal puede ser una decisión inteligente y cuándo deberías pensarlo dos veces.
¿Qué es un préstamo personal?
Un préstamo personal es un crédito otorgado por una entidad financiera a una persona, sin necesidad de presentar una garantía específica (como una propiedad o vehículo).
El dinero puede utilizarse para cualquier fin, y se devuelve en cuotas mensuales con intereses durante un plazo determinado.
Debido a que no hay una garantía tangible, los préstamos personales suelen tener tasas de interés más altas que otros tipos de crédito, como los hipotecarios o los prendarios.
¿Por qué tantos jóvenes solicitan préstamos personales?
Muchos jóvenes, al tener su primer ingreso formal, descubren que tienen acceso fácil a líneas de crédito.
Esto, sumado a la falta de educación financiera, lleva a solicitar préstamos personales para gastos como:
- Comprar teléfonos de alta gama
- Financiar vacaciones
- Comprar ropa o gadgets costosos
- Realizar celebraciones o eventos
Aunque estos gastos pueden parecer justificados en el momento, en la mayoría de los casos no generan un valor duradero, y pagar intereses altos por ellos termina afectando el presupuesto a largo plazo.
¿Cuándo vale la pena sacar un préstamo personal?
Solicitar un préstamo personal puede ser una decisión financiera inteligente si:
- Es para cubrir una necesidad urgente e imprescindible
Un préstamo puede ser una solución válida si enfrentás una emergencia médica, una reparación urgente de tu vivienda, o un gasto ineludible que no podés cubrir de otra forma. - Es para invertir en tu crecimiento personal o profesional
Pedir un préstamo para financiar estudios, especializaciones o certificaciones que mejorarán tus ingresos futuros es una inversión que puede justificar el costo del crédito. - Es para consolidar deudas más caras
Si usás un préstamo personal para pagar varias deudas con intereses más altos, como tarjetas de crédito, podés ahorrar dinero en intereses y simplificar tus pagos. - Es para aprovechar una oportunidad única de mejora de vida
Por ejemplo, si encontrás una oferta especial para comprar un vehículo necesario para tu trabajo o un lote para construir, y no tenés otra fuente de financiamiento inmediata, puede ser razonable. - Tenés un plan de pago sólido
Si antes de pedir el préstamo sabés exactamente cómo vas a pagarlo, incluyendo todos los intereses y comisiones, y no vas a comprometer tus necesidades básicas, puede ser una buena herramienta.
¿Cuándo no vale la pena sacar un préstamo personal?
- Para financiar caprichos de corto plazo como gadgets, moda o lujos.
- Para gastos que no generan retorno económico o mejora en tu calidad de vida.
- Si no tenés un plan claro de pago y solo confiás en que “de alguna forma vas a arreglarlo”.
- Si el interés es muy alto y el valor del bien o servicio financiado es bajo o transitorio.
- Recordá que pagar intereses por gastos innecesarios puede robarte oportunidades más valiosas en el futuro.
¿Qué debés analizar antes de solicitar un préstamo personal?
Antes de firmar un crédito personal, preguntate:
- ¿Realmente necesito esto ahora?
- ¿Podría ahorrar y comprarlo más adelante?
- ¿El costo total del préstamo justifica el beneficio que voy a obtener?
- ¿Puedo pagar cómodamente las cuotas sin comprometer mis necesidades básicas?
Responder estas preguntas con sinceridad puede ayudarte a evitar errores que afecten tu estabilidad financiera.
Un préstamo personal es una herramienta poderosa si se usa con inteligencia.
Puede ayudarte a salir de una emergencia, invertir en tu futuro o consolidar tus finanzas.
Pero también puede convertirse en un lastre si lo utilizás para gastos impulsivos que no generan valor.
Especialmente si estás comenzando tu vida laboral, aprendé a valorar tu ingreso y a utilizar el crédito como un aliado, no como un enemigo.
Antes de endeudarte, pensá: ¿Esto realmente mejora mi vida o solo satisface un deseo momentáneo?
La respuesta honesta será la que guíe tu decisión correcta.